jueves, 31 de enero de 2013

La cumbre de los pueblos

En Santiago de Chile se celebró un encuentro que reunió a los jefes de gobierno de los países latinoamericanos (33) y de la zona europea (27). La preocupación principal de los 60 gobernantes fue ponerse de acuerdo en como continuar acumulando capital a escala global, para distribuirlo entre sus grandes empresas financieras.
No parecería extraña un reunión de este tipo si no fuera porque Europa está en medio de una crisis económica que amenaza con acabar con los sueños de los grandes capitales que idearon la unión europea hace 60 años. Alemania y Francia – el eje principal de la unión – están a punto de sucumbir ante su incapacidad para continuar acumulado riquezas al ritmo exigido por las demandas capitalistas insaciables. La gran debilidad europea es su falta de liderazgo e imaginación en estos momentos de crisis. La misma clase que condujo a los europeos hacia la crisis con políticas neoliberales (reducir el consumo de los trabajadores y eliminar sus beneficios sociales) sigue a la cabeza del “viejo” continente con estrategias equivocadas de más austeridad. Acabarán hundiendo la unión artificial basada en ideologías y sueños anquilosados.
Los europeos llegaron a Santiago de Chile como la flota española de hace 500 años con sus velas desplegadas. Durante la reunión vaciaron sus bolsas llenas de triquiñuelas y espejitos. A la vez, le exigieron a los gobiernos latinoamericanos que abrieran sus economías para recibir inversiones y permitir la super-explotación de los recursos de la región. Casi la mitad de los gobiernos de la región le dijo a los europeos, en forma diplomática, que no negociarían bajo esos términos. Un sector, sin embargo, dijo que estaban “abiertos para hacer negocios”. En otras palabras, que sus expertos le redactaran los tratados de “libre comercio”. Igual hicieron Atahualpa y Montezuma hace 500 años.
Durante las reuniones de los gobernantes, también se celebró un encuentro paralelo de representantes de todos los pueblos de América latina y Europa. Los reunidos emitieron una Declaración Cumbre de los Pueblos donde subrayaron “la necesidad de construir las bases para un nuevo modelo de sociedad que transforme los pueblos de ambos lados del (Atlántico) y nos den la esperanza de que otro mundo es posible”.
La cumbre denunció la mercantilización de las personas y de la naturaleza, producto de la lógica capitalista en ambos continentes. La declaración plantea que es inaceptable que se privilegien “a los inversionistas frente a los derechos de los pueblos a través de acuerdos comerciales y acuerdos bilaterales de inversiones”. La declaración también rechaza la política de los gobiernos de ambos continentes que “privatizan los servicios públicos, desmantelan el Estado de bienestar, (promueven) la precarización del trabajo y desplazan a los pueblos originarios”.
La declaración acusa a los gobernantes europeos de haber dado “un golpe de Estado contra los derechos de los pueblos. La troika europea (FMI, BCE, Comisión Europea) obliga a los estados a endeudarse para salvar a los bancos... Así mismo, para que los
pueblos paguen la crisis” provocada por los especuladores.
La cumbre de los pueblos de América latina y Europa propuso diez políticas para detener el despojo y recuperar las riquezas que les han sido arrebatadas. El primer objetivo es pasar de ser resistencia y movimientos reivindicativos a organizar una propuesta política-social integral de país. El segundo objetivo es “promover el paradigma del buen vivir basado en el equilibrio del ser humano con la naturaleza”. El tercer objetivo es construir una “democracia directa, participativa y popular”. Cuarto, “promover la participación política de las juventudes, desde un enfoque de género”. Quinto, “respetar la libre determinación de los pueblos originarios, como pueblos hermanos no sometidos a la territorialidad impuesta por la colonización”.
En sexto lugar, “frenar el avance de las leyes antiterroristas que pretenden criminalizar la protesta de los movimientos sociales y populares. En séptimo lugar, rechazar la instalación de bases militares en América Latina y Europa y repudiar las intervenciones cívico-militares en Haití, Honduras y Paraguay”.
En octavo lugar, promover los derechos de la mujer con un proyecto político antipatriarcal y anticapitalista. En noveno lugar, reconocer y promover los derechos de los migrantes.
Finalmente, en décimo lugar, “romper con los sectarismos que fragmentan, dividen e impiden la construcción de unidad del campo popular. Sólo la unidad y la solidaridad entre nuestros pueblos nos darán la fuerza necesaria para alcanzar nuestros más altos objetivos y vencer”.
La declaración saludó con optimismo el diálogo por la paz en Colombia, condenó el bloqueo de EEUU contra Cuba, reconoció el derecho argentino a reunirse con las islas Malvinas, la necesidad de ofrecerle a Bolivia una salida al Pacífico y exigió que se respetaran los derechos del pueblo-nación Mapuche en Chile. La Cumbre incluyó en su declaración un saludo al pueblo palestino que lucha por la consolidación de su Estado soberano.
Los europeos están aprendiendo de América latina. Sólo les falta asumir la dirección de sus gobiernos y aplicar políticas más de acuerdo con las demandas populares. Necesitan políticas de estímulo que generen más empleo y bienestar. Europeos y latinoamericanos tienen que rescatar la frase hecha popular hace varias décadas: Los pueblos unidos jamás serán vencidos.
Panamá, 31 de enero de 2013.

miércoles, 30 de enero de 2013

La desigualdad social en Panamá

A pesar del crecimiento espectacular del producto interno bruto (PIB) y de las ganancias capitalistas en Panamá, la desigualdad social sigue aumentando a un ritmo sin paralelo en la historia del país. El PIB ha crecido a tasas cercanas al 10 por ciento en los últimos 4 años, sin disminuir la pobreza.
La desigualdad es medida por las agencias gubernamentales y para-gubernamentales (intergubernamentales y no gubernamentales) utilizando las estadísticas económicas que corresponden al crecimiento de las ganancias capitalistas. El llamado capital agregado. Es decir, todo el valor adicional que le suma el trabajo social (de los seres humanos que laboran) al capital existente. Por ejemplo, el valor que le agrega el trabajador del ingenio La Victoria al capital existente. Es decir, si el ingenio tiene un valor de 50 millones de dólares y los trabajadores producen 10 millones de dólares de ganancias este es el valor agregado. No olvidar que la ganancia es la diferencia entre lo que produce un trabajador y el salario que le paga su empleador.
Según el Banco Mundial, hace 15 años el 20 por ciento de las familias panameñas más ricas recibían el 62.7 por ciento de los ingresos totales del país. Mientras tanto, el 20 por ciento más pobre tenía sólo el 1.5 por ciento de los ingresos. Según la Contraloría, entre 1997 y 2012 la desigualdad se ha multiplicado por lo menos tres veces. Significa que el quintil más rico ahora concentra por lo menos el 78 por ciento de la riqueza del país y el 20 por ciento más pobre sólo tiene el uno por ciento de los ingresos. El 60 por ciento restante de la población (los menos pobres y la clase media menos acomodado) tendría el otro 20 por ciento de los ingresos del país.
Sin duda, la distribución de la riqueza en Panamá es muy desigual. Según fuentes internacionales es una de las distribuciones de riqueza más desigual del mundo.
En el caso de Panamá, en los últimos 20 años el capital tiende a aumentar sus ganancias mientras que el trabajo disminuye sus salarios. Esta es una manera muy real de medir la distribución de las riquezas en un país. Las cifras que produce la Contraloría indican que desde la invasión militar norteamericana a Panamá, las ganancias capitalistas se han multiplicado varias veces, mientras que los salarios se han estancado. En 2000 las ganancias capitalistas sumaban un poco más de 4 mil millones de dólares. En la primera década del siglo XXI las ganancias capitalistas se multiplicaron por tres para superar los 13 mil millones de dólares en 2011.
Otra manera de medir la desigualdad son los conflictos sociales. El CELA a través de su Observatorio Social de América Latina (OSAL) ha detectado un incremento constante de los conflictos sociales en Panamá desde hace 20 años a la fecha. La medición se puede hacer en forma cuantitativa, por área rural y urbana, por número de personas involucradas y, también, por daños a la propiedad. Además, se puede hacer en forma cualitativa: cuantas muertes ha causado la represión de la Policía y de otras instancias militarizadas. Sólo en los últimos dos años se han producido tres grandes enfrentamientos con la Policía en Changuinola, San Félix y Colón con un total de 8 muertes. Una tercera medida es estudiando el comportamiento de las cifras relacionadas con la educación nacional. Por un lado, el porcentaje de jóvenes en el sistema educativo. Por el otro, la tasa de deserciones. Además, la inversión en infraestructura educativa. Incluso, la planificación del sistema educativo que nos permite observar como se obliga a la juventud a efectuar viajes innecesarios a puntos lejanos para recibir su educación. Termino la lista, que puede extenderse, con la medición del salario del educador panameño y compararlo con los ingresos de otros servidores públicos o del sector privado.
En todos estos casos existe abundante información estadística que demuestra como el educador ha perdido posiciones dentro de la estratificación social del país. Además, como disminuyó el porcentaje de jóvenes en el sistema educativo. Por otro lado, las cifras de deserción escolar han aumentado. La inversión en infraestructura educativa se ha estancado, dejando a decenas de miles de estudiantes desprovistos de acceso a planteles educativos en las áreas de mayor crecimiento demográfico de la República: “Panamá Este” y “Panamá Oeste”. El salario de un educador que hace varios lustros le permitía sostener su familia con holgura ha disminuido significativamente. En la actualidad, los ingresos del educador tienen que complementarse con el/la conyuge para sobrevivir.
El salario del educador es inferior, comparado con empleados públicos con menos educación y responsabilidad. El educador es obligado a buscar un segundo, a veces, tercer empleo. Sus organizaciones son objeto de persecución por parte de las autoridades gubernamentales.
El país tiene que decidir si quiere una sociedad manipulada por los especuladores que tienen como política el despojo y la creciente militarización o una sociedad formada por trabajadores con los niveles educativos más altos de la región. Está en manos nuestras tomar la decisión.
Panamá, 31 de enero de 2013.



jueves, 24 de enero de 2013

La desigualdad social en Panamá

A pesar del crecimiento espectacular del producto interno bruto (PIB) y de las ganancias capitalistas en Panamá, la desigualdad social sigue aumentando a un ritmo sin paralelo en la historia del país. El PIB ha crecido a tasas cercanas al 10 por ciento en los últimos 4 años, sin disminuir la pobreza.
La desigualdad es medida por las agencias gubernamentales y para-gubernamentales (intergubernamentales y no gubernamentales) utilizando las estadísticas económicas que corresponden al crecimiento de las ganancias capitalistas. El llamado capital agregado. Es decir, todo el valor adicional que le suma el trabajo social (de los seres humanos que laboran) al capital existente. Por ejemplo, el valor que le agrega el trabajador del ingenio La Victoria al capital existente. Es decir, si el ingenio tiene un valor de 50 millones de dólares y los trabajadores producen 10 millones de dólares de ganancias este es el valor agregado. No olvidar que la ganancia es la diferencia entre lo que produce un trabajador y el salario que le paga su empleador.
Según el Banco Mundial, hace 15 años el 20 por ciento de las familias panameñas más ricas recibían el 62.7 por ciento de los ingresos totales del país. Mientras tanto, el 20 por ciento más pobre tenía sólo el 1.5 por ciento de los ingresos. Según la Contraloría, entre 1997 y 2012 la desigualdad se ha multiplicado por lo menos tres veces. Significa que el quintil más rico ahora concentra por lo menos el 78 por ciento de la riqueza del país y el 20 por ciento más pobre sólo tiene el uno por ciento de los ingresos. El 60 por ciento restante de la población (los menos pobres y la clase media menos acomodado) tendría el otro 20 por ciento de los ingresos del país.
Sin duda, la distribución de la riqueza en Panamá es muy desigual. Según fuentes internacionales es una de las distribuciones de riqueza más desigual del mundo.
En el caso de Panamá, en los últimos 20 años el capital tiende a aumentar sus ganancias mientras que el trabajo disminuye sus salarios. Esta es una manera muy real de medir la distribución de las riquezas en un país. Las cifras que produce la Contraloría indican que desde la invasión militar norteamericana a Panamá, las ganancias capitalistas se han multiplicado varias veces, mientras que los salarios se han estancado. En 2000 las ganancias capitalistas sumaban un poco más de 4 mil millones de dólares. En la primera década del siglo XXI las ganancias capitalistas se multiplicaron por tres para superar los 13 mil millones de dólares en 2011.
Otra manera de medir la desigualdad son los conflictos sociales. El CELA a través de su Observatorio Social de América Latina (OSAL) ha detectado un incremento constante de los conflictos sociales en Panamá desde hace 20 años a la fecha. La medición se puede hacer en forma cuantitativa, por área rural y urbana, por número de personas involucradas y, también, por daños a la propiedad. Además, se puede hacer en forma cualitativa: cuantas muertes ha causado la represión de la Policía y de otras instancias militarizadas. Sólo en los últimos dos años se han producido tres grandes enfrentamientos con la Policía en Changuinola, San Félix y Colón con un total de 8 muertes. Una tercera medida es estudiando el comportamiento de las cifras relacionadas con la educación nacional. Por un lado, el porcentaje de jóvenes en el sistema educativo. Por el otro, la tasa de deserciones. Además, la inversión en infraestructura educativa. Incluso, la planificación del sistema educativo que nos permite observar como se obliga a la juventud a efectuar viajes innecesarios a puntos lejanos para recibir su educación. Termino la lista, que puede extenderse, con la medición del salario del educador panameño y compararlo con los ingresos de otros servidores públicos o del sector privado.
En todos estos casos existe abundante información estadística que demuestra como el educador ha perdido posiciones dentro de la estratificación social del país. Además, como disminuyó el porcentaje de jóvenes en el sistema educativo. Por otro lado, las cifras de deserción escolar han aumentado. La inversión en infraestructura educativa se ha estancado, dejando a decenas de miles de estudiantes desprovistos de acceso a planteles educativos en las áreas de mayor crecimiento demográfico de la República: “Panamá Este” y “Panamá Oeste”. El salario de un educador que hace varios lustros le permitía sostener su familia con holgura ha disminuido significativamente. En la actualidad, los ingresos del educador tienen que complementarse con el/la conyuge para sobrevivir.
El salario del educador es inferior, comparado con empleados públicos con menos educación y responsabilidad. El educador es obligado a buscar un segundo, a veces, tercer empleo. Sus organizaciones son objeto de persecución por parte de las autoridades gubernamentales.
El país tiene que decidir si quiere una sociedad manipulada por los especuladores que tienen como política el despojo y la creciente militarización o una sociedad formada por trabajadores con los niveles educativos más altos de la región. Está en manos nuestras tomar la decisión.
Panamá, 31 de enero de 2013.



jueves, 17 de enero de 2013

EEUU: Más allá de la crisis

El libro EEUU: Más allá de la crisis, cuyos editores son Dídimo Castillo F. y Marco A. Gandásegui, hijo, se presentó en la Librería Universitaria de la Universidad de Panamá. El libro es una publicación conjunta de Siglo XXI ed. (México)/CLACSO/UAEM. Participaron en la preparación del libro 15 especialistas latinoamericanos, miembros del grupo de trabajo sobre Estudios de EEUU de CLACSO. En total, el grupo publicó tres libros.

El libro se pregunta si la crisis-recesión capitalista global tiene una solución. ¿Cuál sería la solución? ¿En que consiste la relación entre China y EEUU? ¿Cómo se manifiesta o se entrelazan la lucha de clases y la lucha geopolítica por la hegemonía global? ¿Tiene América latina un papel que jugar en la lucha global por la hegemonía? ¿Qué clase social o combinación de clases sociales son capaces de asumir el liderazgo?

Cuando Francis Fukuyama recicló la noción del “fin de la historia”, se refería a los ideólogos capitalistas que sueñan con  la derrota de la clase obrera y sus aspiraciones de construir un mundo justo para todos sus habitantes. Creían haber quebrado el movimiento obrero de los países más desarrollados, convirtiéndolo en un apéndice de sus objetivos. Al mismo tiempo, cooptaron a la gran mayoría de los movimientos sociales de liberación nacional de los países menos desarrollados. Fukuyama, por razones ideológicas comprensibles, presentó su tesis puesta de cabeza. El capitalismo, decía, en su forma liberal y jerarquizada, había llegado a la cima de la civilización humana para quedarse gozando de sus triunfos.
En la actualidad, la idea del “fin de la historia” ha sido abandonada, incluso por Fukuyama. La pregunta que exige ahora una respuesta es si hemos llegado al “fin del capitalismo”. ¿Representa la crisis de EEUU – sin salida aparente - el fin de la hegemonía occidental o es sólo temporal? 
En la actualidad, a diferencia de hace varios lustros, todos estamos concientes que la sociedad que conocimos a fines del siglo XX ha colapsado y desaparecido (la “sociedad de bienestar”/ el “socialismo real” y el “neoliberalismo”). El llamado consenso de Washington, naufragó bajo las contradicciones de su propia lógica al no poder mantener, a la vez, los niveles de ganancia capitalista y la sociedad de bienestar. El capital especulativo recurre a prácticas cada vez más riesgosas. Se logró con éxito relativo, para los especuladores financieros, la externalización de la industria norteamericana a China. En otros casos, como la creación de un mercado de consumo en Africa, significó la quiebra de todas las economías de ese continente y la imposición de la informalidad para todos sus trabajadores.
En la actualidad, EEUU tiene dos problemas. El primero, que tiene un carácter técnico, se refiere a la casi imposibilidad de recuperar su competitividad productiva para lo cual tendría que devaluar en un 50 por ciento su economía. El “precipicio fiscal” y el “techo de la deuda” son eufemismos que tienden a esconder ese dilema. El segundo problema, que tiene una connotación sociológica, se refiere a la presencia dominante de una poderosa oligarquía que se rota entre los puestos ejecutivos de la banca norteamericana y los puestos de mando del Estado en Washington. Refleja una correlación de fuerzas que a corto plazo colapsará bajo la presión de sus fuertes pugnas internas y de un pueblo movilizado.
Antes de que se produjera el estallido de la última burbuja, los endeudados consumidores norteamericanos eran el motor del crecimiento global. Ese modelo ha quebrado y no hay sustituto a la vista. Incluso, si los bancos norteamericanos gozaran de buena salud, la riqueza ficticia de los consumidores norteamericanos ya desapareció para siempre.
A pesar de que la recesión ha generado una enorme desconfianza entre los miembros de la clase dominante, siguen ocupando un espacio estratégico y aún no pierden toda su legitimidad. Pero el mundo color de rosa se está marchitando. Todo indica – lo que parece una contradicción - que sólo los comunistas chinos podrían salvar el capitalismo. Pero esta salida es aún menos prometedora para los grandes capitales tradicionales de occidente. Como se preguntaba Giovanni Arrighi, ¿qué es mejor para esta clase dominante que tiene 500 años de existencia? ¿Un sistema mundo capitalista cuyo eje central – hegemonía - pasa por Pekín? O más bien ¿un mundo caótico, en estado de guerra permanente?
El Estado norteamericano, a pesar de la crisis, desplegó su hegemonía y poder financiero al expropiar varios millones de millones de dólares de los ahorros de los pueblos del mundo para distribuirlos entre los banqueros nada menos que en el marco de una campaña electoral. El capitalismo global, en medio de sus contradicciones, también tiene confianza en poder articular su dominación en torno al poderío militar de EEUU.
EEUU está muy preocupado por el giro que están dando sus relaciones con sus socios comerciales de América latina. Hace 20 años, el volumen de intercambio comercial entre China y América latina apenas superaba 8 mil millones de dólares. En 2007 ocupó la segunda posición, multiplicando por 13 aquella cifra y ahora el comercio sobrepasa holgadamente los 100 mil millones de dólares. En 2009, China se convirtió en el primer socio comercial de Brasil, superando a EEUU.
Los proyectos desarrollistas y neoliberales están en bancarrota. ¿Puede América latina superar el proyecto de la segunda mitad del siglo XX de convertirse en un rosario de mercados nacionales o el proyecto actual de regresar al siglo XIX para convertirse nuevamente en un conjunto de sociedades agro–minero exportadoras (la “reprimarización”)?
América latina tiene que definir una estrategia  global capaz de situarla en el escenario mundial. Hay que preguntarse, ¿qué clase social o combinación de clases sociales son capaces de alcanzar este objetivo?
Panamá, 17 de enero de 2013.


jueves, 10 de enero de 2013

La globalización de las luchas sociales

Durante la primera semana de 2013 se desataron protestas sociales a escala mundial, regional y nacional. Es un indicio de los movimientos sociales que se están articulando para el nuevo año. Los pueblos del mundo y el panameño, en particular, están cada vez mejor organizados y no seguirán tolerando las acciones de despojo de los grupos especuladores que tienden a enriquecerse cada vez más protegidos por la corrupción, la militarización y el abuso de la autoridad.
En EEUU, Rusia, China, Europa y el mundo árabe el incremento de la pobreza de la población ha movilizado a diferentes sectores sociales y, a la vez, ha desatado un aumento de la represión policial. En América latina, desde el extremo sur en la Araucanía el pueblo mapuche está siendo violentamente reprimido por el gobierno chileno. En el país vecino del Cono sur, Argentina, tanto en la Patagonia, como en Tucumán, los pueblos campesinos y originarios se defienden de los usurpadores.
El mundo entero saluda la decisión de las comunidades indígenas de Chiapas de renovar su compromiso. Inauguraron 2013 desfilando orgullosamente por las ciudades chiapanecas donde la resistencia continúa. En Panamá los pueblos ngobe buglé reiteraron su rechazo a los planes mineros y de la construcción de hidroeléctricas en su comarca. Los ngobe buglé están trabajando para consolidar un Frente con los trabajadores de Changuinola y las organizaciones populares de Colón. La población de ambas ciudades fueron reprimidas por el gobierno con saldos fatales en 2011 y 2012, respectivamente.
Panamá conmemoró el 49º aniversario de la insurrección popular del 9 de enero de 1964. A pesar de que el gobierno ignoró la efeméride e, incluso, trasladó el feriado nacional a otra fecha (“para promover el turismo”, según el decreto ejecutivo), en las ciudades del país se realizaron muchos actos patriotas. En la capital hubo caminatas a la cima del Cerro Ancón hasta llegar a la bandera nacional que flamea sobre el Canal de Panamá. También hubo actos en el monumento a los estudiantes que arriesgaron sus vidas para izar la tricolor nacional en medio de los disparos del Ejército de EEUU. La generación de “aguiluchos” de 1964 del Instituto Nacional se reunieron en una ceremonia solemne. La Universidad de Panamá, en un acto multitudinario que reunió sus tres estamentos, inauguró un monumento al estudiante mártir Ascanio Arosemena. El FRENADESO se reunió en las puertas del “nido de águilas” – el Instituto Nacional. Los sindicalistas de CONATO realizaron un mitin en las “áreas revertidas” de la antigua Zona del Canal. El movimiento que apoya la candidatura independiente a la presidencia de la República de Juan Jované realizó un conversatorio sobre la coyuntura nacional.
El 9 de enero la Unión de Campesinos e Indígenas de Veraguas que rechaza la construcción de una hidroeléctrica realizaron manifestaciones de solidaridad y advertencia en el río Cobre. En la misma fecha “enviaron una delegación a Tolé, fronterizo con la comarca Ngobe Buglé, en solidaridad con los hermanos de esos pueblos indígenas quienes se oponen que continúe la construcción de la hidroeléctrica de Barro Blanco”. El Movimiento 10 de Abril, que agrupa a los militantes ngobe-buglé, cerró la carretera central a la altura de Tolé para protestar por los abusos gubernamentales y rendirle homenaje a los mártires del 9 de enero de 1964.
Veragüenses de 18 comunidades han levantado un campamento improvisado a 100 metros de la entrada del proyecto hidroeléctrico Las Cruces, de Cañazas. El proyecto no tiene un estudio de impacto ambiental pero cuenta con la protección del gobierno que pretende cortarles su acceso al agua. La Red Ecológica, Social y Agropecuaria de Veraguas (RESAVE) está realizando una campaña de recolección de alimentos para los protestantes. También le está pidiendo a las autoridades gubernamentales a que “se haga justicia y se proceda con el cierre del proyecto ilegal”. Además, la RESAVE señala que la hidroeléctrica “atenta contra los derechos ambientales de la población del distrito de Cañazas y la provincia de Veraguas”.
También se harán cierres en la carretera de Santiago a Santa Fé, a la altura de la comunidad de la  Soledad de San Francisco. El 12 de enero los veragüenses, que se oponen a la hidroeléctrica de Las Cruces, asistirán al encuentro del Frente Estratégico Nacional  que se desarrollará en Quebrada El Guabo, en la comarca Ngobe Buglé. El Frente tiene entre sus objetivos el unir fuerzas “con todos los que quieren un país libre de  minas e hidroeléctricas dañinas”. También une a todos los que quieren un país democrático y de respeto a las instituciones del Estado. Un país donde los derechos humanos se respeten y gocen de plena vigencia en todo el territorio nacional.
Por otro lado, la RESAVE, “deja claro al país, que no está contra el desarrollo, pero si contra la privatización de los ríos, el desalojo, la expropiación de tierras y del derecho a vivir en paz, en libertad y con justicia social”.
La RESAVE le está enviando al presidente de la República un mensaje donde dice que “día a día realizaremos nuevas acciones que impedirán la realización de estos proyectos de muerte”. Le advierten al “señor presidente, que no se equivoque ni menosprecie la voluntad y los derechos humanos de nuestro pueblo, porque así como lo pusimos de presidente, y a sus diputados también, los podemos quitar”. Los miembros de la red cierran su manifiesto señalando que “si no hay justicia para los pueblos  entonces que no haya paz para el gobierno”.
Panamá, 10 de enero de 2013.

jueves, 3 de enero de 2013

Incertidumbre y descontento en 2013

El nuevo año 2013 se inicia en Panamá bajo el signo de la incertidumbre. En la esfera política, los planes de los sectores que tienen el poder no son muy claros y se puede esperar cualquier desenlace. En lo económico, el boom que se inició hace cinco años con las altas tasas de crecimiento podría comenzar a menguar. En lo social, todo indica que las reivindicaciones populares continuarán generando movimientos cada vez más grandes. En política exterior, el gobierno seguirá a la deriva, a la cola de proyectos ajenos a los intereses del país.
Hay algunos puntos que requieren un análisis aparte como son el sentir profundo del panameño. ¿Qué proyectos estamos elaborando para las próximas generaciones? En la actualidad, el país ignora el perfil del panameño que queremos para el siglo XXI. ¿Tendrá las cualidades de un estadista, de un científico o de un especulador?
Los partidos políticos panameños están en quiebra programática y moral. A pesar de ello, buscan los recursos para financiar sus campañas que culminarán en mayo de 2014. El partido de gobierno, Cambio Democrático (CD), ha dado muestras de su estrategia electoral con la campaña de repartición de jamones durante las recientes fiestas de fin de año. Reconocen que no tuvieron plan de gobierno al llegar al poder en 2009 y no presentarán programa alguno en la campaña que se avecina. Sus más altos dirigentes han confesado que su objetivo estratégico es hacer negocios. Durante el año y medio que les queda en el gobierno, continuarán con su política de despojo de las enormes riquezas que ofrece la posición geográfica de Panamá.
A pesar de tener tres años y medio en el poder, el CD no tiene un candidato viable como sucesor del presidente Ricardo Martinelli. Muchos de sus dirigentes verían con buenos ojos una solución anticonstitucional al dilema: la reelección.
El Partido Panameñista, por su lado, tiene un candidato que se lanzó al ruedo electoral hace un lustro. El actual vicepresidente, Juan C. Varela, sin embargo, no logra presentar una alternativa convincente. El presidente Martinelli rompió su alianza con Varela, lo destituyó como Canciller y le “compró” la mitad de su bancada legislativa (los tránsfugas). La pelea ha durado varios “rounds” y todos han sido ganados por Martinelli.
Incluso, Martinelli ha lanzado como posible candidato del CD al actual vicepresidente del Partido Panameñista, Alberto Vallarino, y también a Alberto Alemán Zubieta, quien fue administrador de la Autoridad del Canal de Panamá por 16 años y figura cercana al caudillo panameñista, Arnulfo Arias.
En el Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por el general Omar Torrijos en 1978, surgió como líder el ex-alcalde de la ciudad de Panamá, Juan C. Navarro. Envuelto en un optimismo desbordante sus partidarios lo consideran el favorito para las elecciones de 2014. Calculan que el pueblo panameño está agotado por los desmanes de Martinelli y que no confían en Varela. Sin embargo, no presentan (aún) un programa de gobierno. En sus discursos Navarro dice que no permitirá que la corrupción se adueñe del país y le dará seguridad a la ciudadanía. Sin embargo, no dice cómo.
FRENADESO está luchando por inscribir su partido popular, Frente Amplio por la Democracia. Tiene un programa anti-neoliberal. Los panameños, gracias a una decisión de la Corte Suprema de Justicia en 2009, pueden inclinarse por los candidatos independientes a la Presidencia de la República. Mientras que los partidos políticos tienen maquinarias bien aceitadas, los independientes cuentan con pocos recursos. Juan Jované, por ejemplo, quien goza de mucha popularidad y tiene una propuesta de gobierno coherente, no recibirá para su campaña el aporte del Tribunal Electoral que reciben los partidos políticos.
En 2013 se cruzarán la campaña electoral y la coyuntura económica. La economía panameña crece a una tasa del 10 por ciento anual. Sus beneficios sólo llegan a los especuladores del sector servicios, privilegiados por la legislación vigente. Mientras unos pocos se enriquecen, la gran mayoría de los panameños se empobrece al ritmo de las políticas de desregulación, flexibilización y despojo. El sector agropecuario está en quiebra y el sector manufacturero se estancó hace años. Los empleos son informales y los trabajadores precarios no pueden llevar a sus hogares lo que necesitan sus miembros para convertirse en panameños productivos.
Esta combinación es explosiva y en diferentes momentos del pasado reciente el gobierno ha tenido que sacar sus tropas militarizadas para reprimir las protestas populares. Las heridas están abiertas. Los trabajadores, los campesinos, indígenas, así como profesionales han anunciado que no descansarán en 2013 hasta lograr sus objetivos. Los ngobe-buglé, los colonenses, los educadores, trabajadores de la salud y otros sectores se preparan para salir a las calles.
La política del actual gobierno ha sido contraria a los anhelos populares. A los trabajadores no les reconocen sus derechos a organizarse en sindicatos. A los educadores y a los trabajadores de la salud los mantienen arrinconados y con salarios muy por debajo de sus aspiraciones. En el campo, los agricultores han perdido sus mercados tradicionales. El descontento puede llegar a un punto de ebullición que cambie totalmente el panorama político en 2013.
Panamá, 3 de enero de 2013.