Las primarias del Partido Cambio Democrático (CD), celebradas el 12 de mayo, arrojaron un triunfo mediático contundente para el presidente Ricardo Martinelli. Según las cifras oficiales, el 40 por ciento de los miembros del CD salieron a depositar su voto por los pre-candidatos a la Presidencia de la República. Martinelli celebró, al final de la jornada electoral interna, como si hubiera ganado las elecciones generales que se efectuarán en mayo del próximo año.
Martinelli es conciente que el camino que emprende su partido político hacia las elecciones de 2014 será escabroso, cuesta arriba y lleno de obstáculos. Su gestión, que se inició en 2009, ha enajenado a un pueblo cansado de los exabruptos de sus acciones: cortes de agua, colapso del sistema de transporte urbano, recortes en los programas de salud, deserción escolar, crisis de la seguridad social y daños irrecuperables al ambiente, entre otros. Además, ha reprimido trabajadores, campesinos, pescadores, pueblos indígenas, educadores, trabajadores de la salud y otros sectores sociales. En cambio, ha beneficiado a especuladores, traficantes, financistas, tanto nacionales como extranjeros.
El balance medido en términos electorales es negativo. Sin embargo, cuenta con una ventaja que no tienen sus oponentes: Controla todos los resortes del poder. En principio, le da mucho margen de acción para crear situaciones que le favorece.
En las primarias del CD salió victorioso José Domingo Arias, ex ministro de Vivienda, quien no cuenta con una trayectoria política, pero fue favorecido por el presidente Martinelli. El CD no le ofrece a Arias una ‘maquinaria’ electoral propia. Sin embargo, cuenta con la organización electoral de los 18 diputados ‘tránsfugas’ del PRD y del Partido Panameñista (actualmente en la oposición), con recursos económicos y con el respaldo del presidente Martinelli.
A pesar de que la campaña no se iniciará formalmente hasta principios de 2014, con la selección de Arias como candidato a la Presidencia del CD, ya se rompieron todos los protocolos. Sólo falta que el Frente Amplio por la Democracia (FAD) anuncie su candidato y que Juan Jované obtenga la bendición del Tribunal Electoral para lanzar su candidatura independiente, para que se complete el panorama definitivo. Tanto el FAD como Jované representan fuerzas sociales populares que han estado ausente de los torneos electorales panameños por 30 años.
En la actualidad, Juan C. Navarro, del PRD, encabeza las encuestas con un 36 por ciento de las preferencias. Sus contrincantes lo acusan de no presentar un perfil opositor convincente frente a Martinelli. Quienes lo defienden plantean que no tiene que tomar la ofensiva si su táctica hasta ahora ha funcionado. El candidato presidencial del Partido Panameñista, Juan C. Varela, no ha podido levantar su perfil. Aún no supera el 20 por ciento de las preferencias electorales. Varela es el actual Vicepresidente de la República. A pesar de haber roto con Martinelli, su imagen sigue siendo asociada con el actual gobierno. El candidato del CD, J. Domingo Arias, obtuvo el 8 por ciento de las preferencias electorales en una encuesta realizada esta semana. Las expectativas son de que aumente en las próximas semanas. Si no logra superar el 15 por ciento entre mayo y junio se encontrará en serios problemas. Si para septiembre u octubre no alcanza el 30 por ciento, el presidente Martinelli tendrá que pensar en nuevas opciones si piensa continuar en el poder.
A diferencia de los partidos tradicionales de la burguesía panameña, el FAD sólo puede ganar en esta contienda electoral. Ha demostrado poder de convocatoria, a pesar de no contar con recursos. El FAD es una alianza de fuerzas sociales donde se destacan el sindicato de los trabajadores de la construcción, sectores de los educadores y estudiantes, así como un grupo compacto de intelectuales de izquierda. Su objetivo, aparente, es consolidar su presencia en la arena política para realizar un trabajo de agitación y educación a escala nacional.
La candidatura independiente del profesor Jované, economista, hace 10 años fue administrador de la Caja del Seguro Social, responde a una alianza de sectores sindicales, educadores, estudiantes e intelectuales de izquierda. Jované ha planteado su programa de gobierno, introduciendo iniciativas de desarrollo que tomen ventaja de las enormes riquezas del país. Sólo anoche planteó en una cena con sus partidarios, que redefiniría en forma radical las políticas agropecuarias (seguridad alimenticia) y las políticas ambientalistas (‘extractivistas’). El gobierno actual, dándole seguimiento a las políticas neoliberales del FMI, ha acabado con la producción nacional obligando al país a importar los alimentos que consume la población. Igualmente, le ha entregado el subsuelo a empresas trasnacionales depredadoras que ya comenzaron a destruir los bosques y ríos del país.
El triunfo de Martinelli en las primarias de su partido CD no son una garantía que pueda “subir la loma” electoral en 2014. Todo indica que tendrá que realizar un esfuerzo adicional para lograr que su táctica electoral dé los frutos que él espera. El electorado panameño no se convencerá con un discurso que exalte las obras urbanas y mucho menos por el incremento turístico o bancario. Hoy por hoy, en Panamá el voto castigo es todavía el que se impondrá en el próximo torneo electoral.
16 de mayo de 2013.
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